Ruta circular al Monte Ogoño desde Elantxobe

La ruta que os trigo hoy es una ruta circular costera en el cabo de Ogoño, Vizcaya, donde se suben a 2 cimas: el Talaia y el propio Ogoño o también llamado Atxarkulu.

El cabo de Ogoño se encuentra en el límite de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y es un excelente mirador al Cantábrico, destacando la playa de Laga y la isla de Izaro.

Datos de interés:

• Distancia: 6.7 km
• Desnivel: 318 m
• Tiempo: 4 h con muchas paradas
• Altitud Máx.: 305 m
• Altitud Min.: 75 m
• Tipo de ruta: Circular
• Dificultad: Moderada. El terreno calizo, muy erosionado, hace que miremos dónde ponemos el pie en cada paso. Hay que tener cuida en los miradores, en especial si vais con niños. El acceso a la cima de Ogoño no es demasiado atractivo y requiere de unas pequeñas tremadas.
• Punto de partida y llegada: Elantxobe, Vizcaya

Descripción de la ruta:

La ruta parte desde el pueblo costero de Elantxobe, Vizcaya, donde aparcar es un poco odisea. Tanto si aparcamos en la entrada normal del pueblo o en la del puerto, tendremos luego que ascender por las empinadas calles del pueblo hasta el lugar donde empieza la ruta, que en el cementerio.

Al tratarse de una ruta circular, puedes comenzarla por un lado o por el otro. En nuestro caso decidirnos empezar por la parte que nos lleva al Monte Ogoño y los miradores a la playa de Laga. La razón por la que escogimos hacerlo así es porque la subida se hace progresivamente, dejando el mayor desnivel para la bajada.

Recordad que la ruta de Ogoño está marcada en todo momento con las indicaciones de sendero de pequeño recorrido (PR), marcas amarrilla y blanca (PR-BI 165).

Desde el cementerio, el mirador del Cabo de Ogoño solo está a 1,5 km (unos 25 min). Seguimos por la carretera asfaltada a nuestra derecha, pasando al lado de la casa rural Ogoño Mendi. Seguimos andando y al poco encontramos una señal que hace que nos desviemos a la izquierda, entrando ya en una pista de tierra. 

Esta pista de tierra nos introduce en el bosque, donde al poco nos tenemos que volver a desviar, esta vez a la derecha, donde nos encontramos con una mesa y un pozo de aguas retenidas. Este lugar está lleno de leyenda relacionadas con las Lamiak (seres mitológicos de Euskal Herria). Esta zona se conoce como “Ogoñoko Pozua”.

Seguimos andando hasta llegar a un cruce, donde hay un letrero el cual nos indica que hay que seguir recto.

 Seguimos andando y nos volvemos a encontrar con otro cartel, esta vez, nos indica 2 posibilidades, Ogoñoko Talaia y Ogoño / Atxurkulu, las dos cimas del Cabo de Ogoño. Tomamos la dirección que nos indica Ogoño / Atxurkulu.

Empezamos a subir entre bosque de encina y rocas, donde nos encontramos con tramos de trepada, sin dificultad. El camino se vuelve más empinado, estrecho y escarpado.

 Al poco tiempo llegamos a la cima de Ogoño / Atxurkulu (305 m). La verdad es que es una cima que no dice mucho, pues no tiene vistas. Después de unas fotos y comer y beber algo, regresamos al cruce desandado el camino.

Cogemos ahora el camino que nos lleva hasta Talaia, donde se encuentra el mirador sobre la playa de Laga. 



Seguimos andando y nos encontramos con señales que advierten del peligro de resbalarse. Hay que tener mucha precaución, sobre todo si vamos con niños.

La senda se torna menso camino de tierra y en algunos tramos es conveniente hacer uso de las manos para conseguir mayor estabilidad.

Al poco, llegamos al mirador del Cabo de Ogoño, desde donde se puede ver los acantilados y  la playa de Laga a nuestros pies. ¡Es espectacular!

Es un sitio ideal para descansar y comer algo, mientras disfrutamos de la isla de Izaro, la playa de Laga y de Urdaibai.

Después del descanso, seguimos a delante y llegamos a Talaia, desde donde también tenemos un excelente mirador del Cantábrico.

Después de unas fotos, ahora toca volver al coche. Si queréis podéis volver por el mismo comino de ida o tal y como hicimos nosotros, hacer la ruta circular.

Aquí me gustaría decir que esta última parte mis hijas no lo llevaron muy bien y se les hizo largo.



Desde Talaia, sale una senda estrecha que se adentra en un bosque de encinas. La bajada es empinada y no se hace nada cómodo bajar a través de ellas. Hay que tener cuidado de no resbalarse y de no desviarse del camino, porque aunque la ruta esté marcada, es fácil despistarse.

Después de una bajad, que se nos hizo interminable, empezamos a medio llanear entre el bosque de encinas. De vez en cuando a parecen unas ventanas que nos dejan contemplar el mar del Cantábrico.

Nos estamos acercando de nuevo al pueblo de Elantxobe. Ahora, solo nos queda subir una cuesta algo empinada que sale a una pista, la cual no seguimos, sino que enseguida nos encontramos con un cartel que nos indica Elantxobe. Al poco tiempo llegamos al pueblo.

Os recomiendo que el pueblo costero de Elantxobe, uno de los más bonitos de toda la costa vasca, así como la playa de Laga, desde donde se puede ver la pared del acantilado y el mirador.



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